Cuantas emociones encontradas en estos días… De repente me encuentro en una sala de internación del hospital Pirovano (Traumatologia 11) compartiendo noches con abuelas muy viejitas, muchas con falta de conocimiento, diciendo incoherencias todo el tiempo. Enfermeras con alma de vocación luchando con las peripecias de cada paciente y con el limite de su paciencia misma, corriendo los pasillos interminables, contestando lo no dicho, esperando respuestas que nunca llegan… Aquí soy el N° 133.. Cuan extraño es el mundo en este estado de internación, desde el momento mismo de tomar contacto con la cama, acostarse y taparse con esas sabanas blancas con olor a lavandina. Significa entrar en otro tiempo distinto al de allá afuera. Otro tiempo que hay que dejar pasar, que hay que vivir. Es otro tiempo y espacio circundado por tanta invalidez, inmovilidad, lentitud, olor a viejo, rancio, orina mezclados con yodo y alcohol en un aire que se mueve lento….muy lento….Olores y voces de ...
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